Es una historia chiquita que sucede en una tabla de planchar donde aparece un huevo. El huevito se abre, da a luz a un gusanito que aprende a caminar, a ver el mundo y finalmente a volar… no sin antes dejar en su lugar a un nuevo huevito que continuará el ciclo de la vida.

El gusanito es el héroe de esta obra. Una historia sin malos, pero con los conflictos de crecer, de ir aprendiendo. Por ejemplo; a diferenciar una curva de una línea quebrada (no es lo mismo subir una loma que una escalera), a saber que antes de volar hay que aprender a caminar y finalmente, que es mejor volar en compañía, pero uno al lado del otro, cada uno con sus propias alas...

Para este cuento se utiliza, al mismo tiempo que elementos escenográficos muy elaborados, otros del entorno cotidiano, reformulándolos con el agregado del juego. Hemos recorrido un camino casi sin palabras pero con mucha música, pensada especialmente para acompañarlo. Allí están a la vista los números del uno al siete, las notas musicales, elementos trabajados en distintos tamaños y texturas, ritmos diferentes y otros conceptos que los chicos descubren (o reinventan), según su edad.

Autora y directora: Silvina Reinaudi
Música original y dirección musical: Sergio Blostein
Manipuladores: Sandra Antman y Mario Marino
Diseño y realización de escenografía y utilería: Ana Lía Tejeda
Diseño de iluminación: Roly Serrano y Hernán Todisco
Producción musical: 440 Producciones Musicales- Carlos Gianni y Sergio Blostein
Producción: Silvina Reinaudi y Roly Serrano
Duración: 45 minutos