En los siglos XVII y XVIII se conocía como compañías de la ‘máquina real' a aquellas que representaban en los corrales de comedias espectáculos realizados con títeres, que en su estructura eran muy semejantes a los de las propias compañías de actores. Es decir, la función se basaba en una comedia dividida en tres jornadas, presentada por su correspondiente ‘loa', amenizada con entremeses y bailes, y cerrada por un final espectacular: habitualmente, una parodia de corrida de toros.

El vestuario de la obra, diseñado por Noemy Montes, consta de 52 trajes de época basados en los trabajos de pintores como Velázquez, Sánchez Cotán, Caravaggio, Rubens, Van Dyck, Ribera, Murillo, Alonso Cano, Valdés Leal, Rembrandt....

“El Esclavo del Demonio”
El amor prohibido de Lisarda y don Diego se ve truncado trágicamente por don Gil; un hombre santo que, una vez caído en pecado, pierde la cabeza hasta creer que firma un contrato con el mismo Diablo, para justificarse ante sí su nueva inclinación al pecado. Iniciando una carrera de robos, atracos y violaciones en la sierra de Coimbra, donde sucede la acción.

Mientras Leonor, la hermana de Lisarda que estaba destinada por su padre a ser monja, trata de recuperar la honra perdida de la familia casándose con don Sancho, príncipe de Portugal y heredero al trono.

Un famoso bajo de romanesca muy utilizado en la época sirve como base para todo el desarrollo y ambientación musical. Cabezón, Narváez y Diego Ortiz, junto a Romances Populares, basados en el famoso bajo, y diversos utensilios de la época, interpretan Música española del Siglo de Oro.

Adaptación de texto: Julián García León
Dirección escénica: Ángel Ojea
Dirección musical: Guillermo Bautista
Actores-manipuladores: Raquel Racionero, Adrián Torrero,
Maribel Bayona, Sergio Martínez y Raúl Esquinas
Músicos: Joaquín Hernández, Silvia Rodríguez,
Daniel Bernaza, Reneé Bosch y Fernando Pintado
Diseño de vestuario: Noemy Montes
Sastrería: Cecilia Díaz (Fíos e Agullas)
Producción: Jesús Caballero

Duración: 80 minutos